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viernes, 10 de octubre de 2014

#MiDesafioDeLaCrianzaEs ... Redefinir la Escuela - Lidmi Fuguet


Creía saber que era la Escuela, pero ahora me ha tocado redefinirla...
Soy maestra de carrera, mi orientación profesional ha estado enmarcada siempre dentro del ámbito educativo, amo la labor de enseñar y he tenido la hermosa oportunidad de compartir en espacios con niños, familias y docentes en formación. Hago esta breve presentación a manera de poder entender quien era antes de ser madre y quien soy ahora... 
Como docente siempre he creído en la importante función social que se le atribuye a la Escuela, la gran influencia que tiene en el desarrollo, crecimiento y formación de los niños y su impacto en las futuras generaciones.  Por supuesto, el día que me enteré que iba a ser madre, las primeras ideas que vinieron a mi cabeza estaban relacionadas con su educación, a cuál maternal debía ir en sus primeros meses de vida, cuál será el mejor colegio... La incorporación de Sabri a la escolaridad (a sus 6 meses de vida) respodió en principio por mi necesidad como profesional de volver a mi trabajo en la Universidad y en segundo, pero no menos importante lugar, en mi fiel creencia de lo importante que es la inserción del niño al sistema escolar desde edad temprana... y fue justo ahí donde la verdadera Escuela, aquella que si bien critiqué como un circuito homogeneizante, etiquetador y excluyente, en mi tesis doctoral (trabajo de investigación previo a mi maternidad) pero que a pesar de todo ello seguía creyendo utópicamente en las posibilidades del sistema educativo, zaaaaasssss me golpeó a la cara, golpe que duele porque ya la Escuela que ahora me toca criticar no es desde un punto de vista ontológico, metodológico o pedagógico, en fin como una investigadora del área, ahora me toca ver, vivir, reflexionar y enfentarme a la Escuela desde el otro lado de la puerta, desde la maternidad.
Sabrina llegó a mi mundo, como llega cualquier hijo al mundo de sus padres, cambiándolo todo... Y cuando digo todo, no solo me refiero a horarios, hábitos y costumbres, sino también modificando desde lo más profundo de mi escencia cognitiva, emocional y espiritual mis "tan bien" (al menos así  lo creía yo) estructuras conceptuales y prácticas sobre el desarrollo infantil, su estimulación y formación, construidas en mi proceso de crecimiento profesional.
Es en este sentido que Sabrina me ha enseñado que aquellas supuestas  técnicas especializadas que en tantos cursos aprendí para estimular oportunamente al bebé, dejan de tener valor si no hay amor y conexión; que la iniciación a la lectura y la escritura no se da solo en intercambio con el libro, se da es con el intercambio genuino entre personas amadas y los libros; que la ejecución organizada y sistemática de actividades no hace efecto para el establecimiento de una rutina adecuada, si no existe un acompañamiento consciente y respetuoso del adulto hacia el niño; en fin, entendí más allá de las letras que el niño es simplemente un niño y en consecuencia debe ser reconocido desde su niñez y no desde la tan usada temporalidad futura, de qué tipo de adulto será ...
De esta manera, Sabrina sigue invitándome a transitar por caminos nuevos, a ver con otros prismas y colores los escenarios, en este caso el educativo, me ha invitado a Redefinir la Escuela pero ya no desde mi visión como docente, sino desde una fusión con mi rol de madre. 
Hace unos años atrás me hubiesen preguntado sobre el tan preocupante tema del llanto del peque a las puertas de la escuela al inicio del año escolar y debo confesar que hubiese contestado que es un fenómeno normal, relacionado con el proceso de adaptación y que teníamos que dejar pasar el tiempo, que el niño se acostumbraría poco a poco (es decir lágrima a lágrima) y que los padres no deben caer en la manipulación del hijo. Hoy reconozco y confieso mi error de percepción, lo hago con una gran pena por todos los niños que defraudé como maestra y los padres a quienes les mentí, pero a su vez lo exploro internamente con un enrome compromiso con mi hija y todos los niños y docentes que me cruzaré en mi camino para invitarlos a esta imperante redefinición de la Escuela, este necesario y urgente desmontaje de las actuales estructuras escolares que se empeñan en desconocer la infancia a pesar de argumentarse en que han sido consolidadas justamente para el bienestar de los niños.
Sobre este tema de la adaptación del niño a la escuela, les cuento la reciente anécdota: este año ha sido muy complejo para Sabrina (3 años), distinto a los procesos pasados, el llanto a las puertas de la escuela cada día crecía, la guerra matutina para vestirla con el uniforme  se tornaba más incomprensible, las conversaciones sobre el tema se encerraban en monosílabos, a cualquier pregunta que se le hacía a Sabri sobre la escuela lo único que emitía era un seco NO... Yo no podía dejar de pensar en por qué Sabri no quería ir  a la escuela, qué tantas cosas podrán existir detrás de ese NO; hablé con muchas amigas sobre el tema para que me ayudarán a vislumbrar qué podía estar pasando, dejamos unos días sin ir al cole. Una tarde senté a Sabri en mis piernas, le leí un cuento, le hablabla y le hablaba sobre lo que estaba pasando cada mañana, la miré a los ojos y le dije: mamita... qué pasa en el cole que no quieres ir? y ella me miró y dijo: Xxxxx (nombre de un compañerito) me pega, yo le di un abrazo y le dije: mamita, si te vuelve a pegar dile "Respeta Xxxxx, no se pega". No hablamos más del tema, al otro día saqué su uniforme, ella se negó a ponerselo y le saqué una calcomanía en forma de varita mágica (cosa que le encantaaaaa!) se la pegué al vestido del cole y le dije: Sabri con esta varita mágica no te va a pasar nada, nadie te va a pegar, y si alguien te pega la agarras y le dices "Respeta, no se pega" y llegará tu maestra para ayudarte.  Sabrina luego de eso se vistió, llegamos al cole, se bajó del carro y entró sin llorar, al medio dia cuando la fuí a buscar, le pregunté: Sabrina cómo te fue? y ella dijo: bien! jugamos y bailamos y luego me contó muchas cosas de su día escolar... 
Con esta anécdota quiero compartirles mi preocupación por la creencia de muchos sobre la supuesta normalidad del llanto infantil, sobre ese desconocimiento a sus legítimos sentimientos; también les comparto mi alegría por ese día haber podido comprender y acompañar a Sabri, si bien aún tenemos mañanas retadoras para vestirnos para ir al cole, ahora estamos conscientes de que este es un proceso complejo que tiene muchos puntos en los que seguir trabajando (la varita era mágica, no eterna jajajajaja). Sobre el tema hablé con la maestra  y ella me comentó que ella no había visto ningún intercambio trascendental entre el niño y Sabrina, y ciertamente así debe haber sido ante la mirada del adulto, pero indudablemente desde la mirada de Sabrina, la niña, lo que haya sucedido si fue trascendental, y es allí donde con esta reflexión intento poner un acento en uno de los tantos temas que debe abordar la Escuela para transformarse, en cómo ven, atienden, valoran y definen al niño, qué tipo de significados se le atribuyen a sus expresiones y sentimientos, y qué tan cercanas están estos significados a las reales necesidades del infante.
 Para finalizar, reconozco que he aprendido que el hecho de ser madres nos enfreta cada día a un nuevo reto donde debemos observar con detenimiento y celebrar los momentos de ganancia y reflexionar sobre las nuevas circunstancias... E indudablemente es un desafío constante que nos lleva a redefinirnos y crecer en compañía.  Como maestra, si bien hoy sigo creyendo en la Escuela, ahora me siento mucho más sensible y comprometida con aquella  Escuela Posible capaz de redefinirse, renovarse y crecer junto al niño.
Lidmi Fuguet
Mamá de Sabrina
Creadora de Pequeñas Estrellitas
Profesora en Educación Especial - Dificultades de Aprendizaje
Magister en Lectura y Escritura
Doctora en Educación

viernes, 12 de septiembre de 2014

Regreso a la escuela: sinónimo de lágrimas? - Lidmi Fuguet



Durante años, primero como maestra y luego como madre, he visto en el inicio del año escolar (a veces durante todo período) como los niños lloran a las puertas del cole cuando sus padres los dejan allí, este fenómeno universal (digo universal porque se repite constantemente en todas las localidades) ha sido psicológica, sociológica y pedagógicamente explicado bajo el argumento de la adaptación, ha sido justificado de manera tan blindada que asumimos como normal el hecho de que los niños lloren y como una gran fortuna, privilegio y casi un regalo divino que no lo hagan.
Este argumento ha sido históricamente aceptado (y defendido) como consecuencia de la cultura homogeneizante y patriarcal que lamentablemente impera en nuestra sociedad y que tantos estragos y violencias visibles e invisibles ha promovido alrededor de las conformaciones familiares y escolares. Ahora bien, para el caso de este pequeño escrito reflexivo que comparto, solo intentaré aproximarme al minúsculo, pero complejo suceso del llanto en la puerta de la escuela  e intentar poner en tela de jucio el argumento de la adaptación y las técnicas  implementadas para abordar pedagógicamente este proceso.
Ciertamente el inicio del período escolar implica una serie de cambios tanto para el niño, como para los padres, la familia y en fin la sociedad completa, es por ello que desde el punto de vista psicológico se explica que el proceso de la adaptación es aquel que permite reacomodar nuestras estructuras cognitivas, físicas, emocionales (y para mi) espirituales, con el propósito de (re)incertarnos en un nuevo funcionamiento orgnizativo de la rutina diaria; hasta allí todo pareciera estar muy bien, sin embargo cuando las interpretaciones de las conductas manifiestas en este período comienzan a tergirversar la realidad con alusión a que los niños lloran o hacen pataletas para manipular, desafiar o sencillamenre hacerle la vida cuadritos a sus padres, es cuando se inicia el desconocimiento de las necesidades legítimas del infante.
A propósito de creer que los niños no quieren volver a la escuela solo por malcriadez, dejo la siguiente pregunta al aire: Y a quién le gusta que se acaben las vacaciones? Hmmm, creo que veo pocas manos, por no decir ninguna, arriba… Ok, sigamos.
A mi parecer, el problema no solo radica en esa penalizadora y culpabilizante interpretación de las causas del llanto en las puertas del cole, este conflicto pica y se extiende cuando vemos el uso de técnicas para extinguir esta supuesta inadecuada conducta infantil, avaladas por padres y docentes quienes obedientemente se incertan en un circuito de Biopoder, donde pesa más la voz del “Especialista” que el sentimiento humano, compresivo y amoroso hacia el niño.
De esta manera, vemos como normal que el niño llore porque es dejado en la escuela, aceptamos la entrega de nuestro hijo reprimiendo nuestros deseos de abrazarlos y consolarlos atendiendo a las recomendaciones del docente para acabar con esa actitud desafiante.
Algunos colegios son un poco flexibles y permiten que el padre baje a su hijo del carro y lo acerquen a las puertas del mismo, otros ni siquiera permiten esto y el docente se convirte en una gran estrella de la llave maestra para agarrar al niño en plena pataleta desde el carro hasta el salón. Estas cosas mayormente suceden en los maternales y preescolares, es decir, en donde el ser humano es más vulnerable e indefenso. Debo ser justa en mencionar que hoy en dia hay instituciones que hacen de este proceso de adapatación una experiencia más armónica, donde permiten en acompañamiento presencial de los padres al aula, intentando reconocer y satisfacer las necesidades del infante, pero siguen siendo pocos.
Y entonces, qué hacemos al respecto? Realmente la respuesta más oportuna, efectiva y trascendente pasa por conmover y renovar las concepciones y procedimientos escolares, construir escuelas más humanas, formar docentes más sensibles y creer en la pertinencia de una pedagogía más respetuosa, comprensiva y amorosa, empezar a dejar un poco de lado la centración en el bien futuro y preocuparnos más en la felicidad del presente (que al fin y al cabo redunda positivamente en el bien futuro). Sin embargo esta es una respuesta que no podemos resolver ahorita mismo y ya las clases van a comenzar… entonces cómo procedemos?
Nosotros los padres debemos pensar, repensar y buscar comprender por qué nuestro hijo manifiesta esas conductas, qué emociones están detrás de ellas y las mueven; hablarle, consolarle y acompañarlo con paciencia y amor expreso en estos períodos de distanciamiento. Invito a los padres a negociaciar en las medidas de sus posibilidades y de las politicas de la escuela, que la incorporación sea paulatina y procesual, por ejemplo: ir aumentando el tiempo de permanencia en función de la disposición del peque, dejarlo llevar algún objeto de apoyo emocional, pedirle a los docentes que coloquen por ejemplo música que es conocida a los niños (yo siempre les regalo un cd a los maestros, ellos lo aprecian enormemente), en fin lo importante es que los niños se sientan atendidos, comprendidos y amados. También hay que indagar si la estructura escolar del cole que hemos escogido o las técnicas pedagógocas de la maestra no es la más apta para nuestro peque, a veces la reflexión nos lleva a un cambio de escuela, esta es una posibilidad que no debemos descartar y debemos aceptar con sinceridad.
Para los maestros, es de gran importancia conectarnos con el alumno como el niño que es, desde su infancia y no desde la mirada jerárquica del adulto, aproximarnos a sus sentimientos e intereses, satisfacer sus genuinas necesidades, no sólo escolares o de aprendizaje sino también emocionales y de cariño; soy de las que cree que más vale un abrazo sincero que una toma de dictado, lo he comprobado como docente de escuela y universitaria.
Para finalizar, invito a todos, padres, maestros y cualquiera que se encuentre involucrado con un niño a repensar nuestras creencias sobre sus conductas y a reposicionarlas desde la mirada infantil, aquella que por más adultos, maduros y serios que pensemos ser, siempre nos acompaña en el fondo de nuestro corazón, de esta manera aportaremos nuestro granito de arena para cambiar las lágrimas del inicio a clases por hermosas sonrisas.

Lidmi Fuguet
Mamá de Sabrina
Profesora en Educación Especial - Dificultades de Aprendizaje
Magister en Lectura y Escritura
Doctora en Educación
Creadora de Pequeñas Estrellitas

martes, 2 de septiembre de 2014

Vacaciones!!! Un tiempo para estar en casa!! Diversión, aprendizaje y compartir en Familia - Profa. Romina Sciacca


Cuando llegan las vacaciones, nuestros pequeños desean descansar en casa y recrearse en familia. Sin embargo, muchos padres se preocupan por fomentar espacios que no los desvinculen del todo de actividades que desarrollen sus habilidades académicas; esto debido al miedo que representa el inicio de un nuevo año escolar. 
Es por ello, que existen muchas actividades que pueden combinar aprendizaje, diversión y momentos para compartir en familia, no olvidando que el niño se encuentra en su período vacacional, por lo cual es recomendable propiciar espacios en casa que estén alejados de la rigidez de la escuela.
A continuación, se presentan una serie de actividades para promover en casa mediante situaciones cotidianas, espacios y experiencias significativas para que el niño durante su período vacacional interactúe con la lectura, escritura, cálculo, expresión oral, corporal, memoria, psicomotricidad, lazos familiares entre otras habilidades, desde una visión recreativa y amena para el niño.
Por tanto, Papi y mami: 
  • Hagan una obra de teatro. Esto promueve la creatividad, la escritura, le lectura, memoria, expresión oral y corporal
  • Busquen e impriman páginas para colorear en Internet y luego invite al niño a escribir los nombres de las imágenes, con diferentes materiales para fomentar la escritura (pinceles, sellos, letras de calcomanías, creyones y lápices)
  • Cuenten que es lo que más les gusta soñar por las noches. Invite al niño a escribir sus sueños (en el caso de los niños más pequeños usted puede invitarlo a dibujar) y colocarlos en un lugar significativo de su cuarto. Esto promueve la escritura espontánea, la creatividad y la expresión oral
  • Lean cuentos y luego invite a sus niños a crear nuevos textos a partir de los leídos o construir finales diferentes. Esto trabaja la inferencia e inicia al niño al acto lector (en elcaso del niño no alfabetizado), desarrolla la creatividad y fomenta la escritura espontánea 
  • Preparen diferentes recetas con los niños tales como: paletas heladas, trufas, galletas, pizzas con pan de pita, chocolate caliente, pinchos de frutas, entre otros. Para ello se recomienda hacer una lista de los pasos a seguir. Esta actividad desarrolla en el niño habilidades para seguir instrucciones, además de recrearse y divertirse
  • Jueguen al doctor. Esto puede promover la investigación de las partes del cuerpo, su anatomía y fisionomía ( adaptado según la edad del niño) 
  • Hagan concursos de adivinanzas. Se recomienda invitar a los niños que inventen sus propias adivinanzas. Esto desarrolla las habilidades para describir diferentes
    elementos según sus características. 
  • Jueguen al supermercado con productos de su despensa, para que calculen el monto a pagar esto promueve el uso de la matemática. (se recomienda la elaboración de billetes y monedas de nuestro sistema monetario con material de reciclaje)
  • Hagan tarjetas con preguntas y respuestas de la familia y luego jueguen maratón. Promueve la escritura
  • Construyan una carpa con mantas (sillas, sofás y estambre para sostener las mantas). Esto promueve la creatividad en el niño y nuevas experiencias de juego ó monten un campamento en la sala, con bolsas de dormir, tienda de campaña y todo. Esto puede fortalecer los lazos familiares
  • Hagan un picnic dentro o fuera de la casa. Esto promueve espacios para compartir en familia
  • Hagan títeres con calcetines, bolsas de papel. Para luego hacer una obra de títeres, esto promueve la creatividad, motricidad fina, expresión oral además de generar espacios para compartir en familia
  • Pinten con los dedos. pinten con acuarelas coloreen con crayones y hagan una exposición de arte. (Pueden hacer pinturas con las letras sus nombres en el caso de los niños no alfabetizados)
  • Jueguen con plastilina usando rodillos y cortadores de galletas. (los cortadores de galletas pueden ser con formas de letras, números) Con esta actividad se puede trabajar el reconocimiento de las grafías, construcción de sílabas y palabras
  • Hagan una fiesta de baile con sus canciones favoritas. Esto fomenta la expresión corporal, la memoria y el ritmo
  • Lean rimas y poemas infantiles. Esto pone al niño en contacto con diferentes tipos de textos. Promueve la lectura.
  • Hagan un libro de letras. Deje que los niños tomen fotos o recortes de algo que comience con cada letra el alfabeto y luego que escriba sus nombres
  • Miren los álbumes de fotos. Y hagan una historia cuyos personajes sea la familia. Esto promueve la creatividad y la escritura
  • Hagan una película de ustedes mismos y luego véanla. Antes de grabarla se recomienda hacer un guion de la misma para la promoción de la escritura
  • Hagan su propio libro de cuentos con dibujos. Una actividad que deja hermosos recuerdos, promueve la creatividad y la escritura
  • Hagan planes y las invitaciones para una fiesta. Esto promueve: creatividad, lectura y escritura
  • Hagan tarjetas de felicitaciones con sus cajas de cereal favorito. promueve creatividad, lectura y escritura
  • Compongan una nueva canción. Desarrolla la creatividad, ritmo, lectura y escritura
  • Comiencen un diario. Si el pequeño no sabe escribir, pídele que te dicte o dibuje
  •  ealicen manualidades con origami. Desarrolla seguimiento de instrucciones y habilidades psicomotoras
  • Lean un libro favorito todas las noches. Fomenta el amor a la lectura
  • Hagan una tarde de juegos de mesa, sombreros de papel, la búsqueda de un tesoro, disfrácense, vean una película y coman palomitas de maíz Preparen una merienda saludable, jueguen a las escondidas o a carreras de relevos o de obstáculos en su casa . Este tipo de actividades propician espacios para compartir en familia
  • Hagan su propio rompecabezas ó juego de memoria con una cartulina. Desarrolla habilidades de motricidad fina y creatividad
  • Hagan sellos con manzanas. Corten una manzana por la mitad horizontal y utilícenla como un sello con pintura de agua. También pueden hacer collares con hilo, palomitas, pastas para el desarrollo de habilidades psicomotoras
  •  Hagan un traje de súper héroe con artículos para el hogar como guantes de limpieza, toallas de cocina, etcétera. Y luego escriban una caricatura de los personajes creados. 
  •  Vean videos viejos de la familia y hagan un árbol genealógico\
  • Invite a su pequeño a realizar un video de ejercicios, esto desarrolla la psicomotricidad gruesa y la coordinación
Estas y otras actividades más, que seguro surgirán de la creatividad de todos en familia, ayudarán no solo a crear divertidos espacios de aprendizaje, sino también maravillosos recuerdos y momentos de compartir que sus hijos agradecerán... A DISFRUTAR LAS VACACIONES!!!

FUENTE CONSULTADA:
http://www.tipkids.com/tips-familia/articulos-de-interes/270-101-actividades-para-realizar-en-casa-con-los-
ninos
 


martes, 17 de junio de 2014

Aquella violencia: invisible para el adulto, sentida por el niño - Dra. Lidmi Fuguet




Cuando hablamos de crianza, educación y la violencia que pueda estar implicita en estas acciones, siempre esta última es ubicada en lo que hace la otra mamá/papá, el otro maestro, en fin… el otro adulto, se convierte pues en aquella violencia, la violencia ajena, la del Otro.  Y cuando por alguna razón se vislumbra la posibilidad de que esa violencia pueda ser nuestra (bien sea como madre, padre, maestro, tío, hermano o en fin adulto significativo), emergen infinidades de razones vinculadas con los límites, el convivir, la norma, lo correcto y la adecuada formación de la personalidad del niño.  Es así como hemos contribuido de alguna manera a la consolidación de una sociedad que lucha por la minimización de cualquier expresión de violencia en el adulto, pero que aún justifica la violencia hacia la niñez, hasta llegar a invisibilizarla socialmente.
La violencia es una acción que implica la agresión física, verbal, emocional o espiritualmente a una persona. La Organización Mundial de la Salud, define la violencia como “El uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.”
Ahora bien, a pesar de reconocer conceptualmente la existencia de las diferentes implicaciones que tiene sobre la persona un acto de violencia, muchos desestiman aquellos que tengan incidencia emocional o espiritual por la imposibilidad de palparla de manera concreta; en otras palabras, socialmente somos más reaccionarios ante la fractura de un hueso que el romper un corazón, y esta indiferencia en muchas ocasiones nos ha llevado a “romperle el corazón al niño” sin darnos cuenta que esta lesión trasciende al llanto momentáneo y puede dejar una herida emocional más profunda que la física.
Para poder reconocer y entender estas expresiones de manera genuina y sentida hacia y para el niño es importante que por un momento hagamos pausas en nuestras creencias e idearios de adultez, aquellos que incluso creemos que son los más adecuados y que si miramos introspectivamente, en silencio y con desnuda sinceridad a veces ni siquiera los conseguimos en nosotros mismos… Y nos propongamos el complejo y develador reto de poner en tela de juicio estos imaginarios y nos conectemos en amor y razón con nuestros niños, de esta manera podríamos darle un tono de mayor legitimidad y razón a las exigencias, peticiones y conductas de quienes hoy en su niñez necesitan de nosotros adultos, atención, comprensión, orientación y amor.
Es en este orden de ideas que expondré tres frecuentes acciones que algunos padres de manera intencionada o no, solemos hacer y que a veces sin darnos cuenta o justificando la acción avalamos la consecuencia en el argumento de formar una personalidad autónoma, independiente y fuerte.
1.  Déjalo llorar: cuántas veces hemos escuchado esta expresión? Personalmente no solo la he escuchado un millón de veces, también la dije otro centenar. Ante esta recomendación se expone una infinidad de razones desde lo biológico (así fortalece los pulmones) hasta lo social (así fortalece su carácter) y me pregunto yo, será que esto de alguna manera funcionó en nosotros? Cómo saberlo? Ni idea! Pero bueno lo seguimos diciendo y haciendo. Ahora bien, si en vez de ver llorar a nuestro hijo, vemos llorar a nuestra pareja, mejor amigo o simplemente el desconocido que llevamos sentado a nuestro lado en el autobús, pensaríamos igual? Lo dejaríamos solos para que fortalezca sus pulmones y personalidad? Ni pensarlo! correríamos a consolarlo y apoyarlo. Entonces qué es lo que hace genuino un llanto, la edad del ejecutor? No! El llanto lo hace genuido el humano que lo ejecuta y las emociones que lo motivan, así que todos, indistintamente de la edad, todos lloramos legitimamente y necesitamos amor, consuelo y comprensión.
2.  Ignóralo: sin entrar en detalles psicológicos y conductuales de las implicaciones emocionales que tiene ignorar a una persona, analicemos esta situación desde la sabiduría popular, muchas veces leemos y escuchamos que “no hay peor castigo que ser ignorado”, esta acción incluso pasa a ser el mejor consejo entre adolescentes cuando un novio lastima al otro… increiblemente también se ha posicionado como el mejor consejo para extinguir una conducta inadecuada en un niño, como lo es la pataleta.  Los niños se encuentran en proceso de conformación y crecimiento de sus estructuras cognitivas, emocionales y lingüísticas, es por esa razón que en oportunidades explotan emocionalmente porque se sienten impotentes ante la necesidad de expresar sus pensamientos y emociones y ser comprendidos , entonces... zaaasss, aparece la pataleta.  Ante esto el niño necesita ser visto, atendido, acariciado y comprendido desde sus necesidades, necesita ser acompañado para darle sensación y nombre a lo que está sintiendo y expresando, de esa manera lo orientaremos en el complejo camino de entender el mundo y no en el simple y oscuro camino de extinguir conductas… Bueno, conductas que no se extinguen del todo, porque de adultos seguimos haciendo pataletas, o es que ninguno de nosotros nos hemos molestado con alguien y hemos dicho cosas de las que luego tenemos que retractarnos y disculparnos, o nunca hemos trancado un teléfono, lanzado una puerta o torcido una mirada.
3.  Dale su nalgada: debo reconocer que antes de ser madre este argumento formaba parte de mi discurso, “la nalgada a tiempo”, muchos la hemos recibido y (creemos que) no tenemos ningún trauma por ello, fue leyendo a respetables defensores de la infancia como Carlos González, a Berna Iskandar y Laura Gutman, entre otros, que entendí que la nalgada a tiempo de acción acertiva, constructiva y pertinente en conducta y tiempo no tiene nada. Pongamos bajo sospecha algunos de sus argumentos: (a) “no deja traumas, pero si enseña” pensemos en ese momento que nos dieron de niños una “pela”, disfrutamos de ello?, no hubiesemos preferido por ejemplo que mamá o papá nos cargaran y nos explicaran? O estamos conformes con esos golpes? Y por cierto, qué fue exactamente lo que aprendimos?, (b) “a tiempo” para que sea realmente un estímulo castigo que busca extinguir la conducta debe efectuarse inmediatamente después de la aparición de la conducta inadecuada, por lo que debemos entonces autorizar a todo aquel adulto que comparta con el niño, incluyendo a los docentes en el caso de que los niños ya se encuentren escolarizados, lo permitirías? De ser negativa la respuesta, la nalgada a tiempo deja de tener temporalidad oportuna y pasaría a ser simplemente una nalgada, es decir, sencillamente pegarle a un niño (quien por comparación de fuerzas con el adulto es indefenso).
Realmente podría extenderme con más explicaciones y ejemplos, sin embargo creo pertinente dejar la reflexión en este momento hasta aquí, a futuro seguiremos abordando el tema, lo importante a resaltar antes de finalizar es la invitación a dejar de ver la violencia como ajena, para ver la nuestra, conmover los argumentos que invisibilizan la violencia infantil y reconocer los verdaderos sentires de los niños ante nuestras acciones y de esta manera transformar nuestras creencias e idearios sobre la crianza y la niñez y construir un mejor ambiente de amor y comprensión para nuestros hijos, que redundará en la paz y el bienestar de la familia y la sociedad.

Lidmi Fuguet
Mamá de Sabrina
Profesora en Educación Especial - Dificultades de Aprendizaje
Magister en Lctura y Escritura
Doctora en Educación
Creadora de Pequeñas Estrellitas

miércoles, 11 de junio de 2014

Mi niñera se llama tecnología - Profa. Angélica Taboada




  
Desde hace años, como muchos, soy asidua al uso de internet y de las redes sociales, son medios que usamos para comunicarnos, informarnos, bromear, jugar y hasta para aprender. La invasión ha sido de tales magnitudes que en algunos casos se ha convertido en médico de cabecera, farmacéutico, orientador, psicólogo, asesor de moda, consejero amoroso, maestro o niñera.
Estas últimas opciones me han hecho pensar, hasta qué punto podemos confiar nuestras vidas al internet, o mejor aún, hasta qué punto dejamos que eduque a nuestros hijos.
En dos semanas he realizado un recuento mental de algunos “consejos” o artículos leídos y me pregunté ¿te imaginas si todas las personas hicieran caso a cada una de lo que encuentran o les envían en la web? Mi respuesta fue: comerían de todo o no comerían nada, bebieran de todo o no bebieran nada, esperarían hasta encontrar a su pareja ideal o pasarían el resto de su vida con la primera persona que les dice “te amo”, más nunca se sacarán una autofoto porque según un estudio es un trastorno psicológico, todos tuviéramos un refugio animal en nuestras casas, a los que nos gusta el color azul nos dejaría de agradar porque según otro estudio es el color predilecto de las personas con algún problema mental, ya no usáramos los teléfonos inteligentes porque te alejan de la sociedad o te causan daños musculares, entre muchas y muchas más.
Ahora bien, sabemos que nuestros niños tienen acceso a toda esa información, a cada uno de esos elementos educativos o contaminantes del internet por lo que surge también la siguiente interrogante: ¿dejarías en manos de un computador el cuidado de tus hijos?
No es cuestión de satanizar todos sus contenidos, puesto que tienen sus elementos positivos, se trata de orientar, guiar y buscar un equilibrio de toda la información que leen. Los niños pasan al menos cinco horas diarias en la escuela, el resto del día están en casa, en tareas dirigidas, por mi experiencia sé que muy pocos acuden a actividades extraescolares relacionadas con el deporte o las artes. Por lo general, en el hogar pasan largo tiempo ante la tv, el video juego o el computador, ¿cuántas cosas pueden ver en esas horas? Si solo con leer el titular de una nueva “investigación”  pueden cuestionar su actuación personal o social y procuran modificar sus conductas adecuándolas a lo exigido por el resto de la humanidad.
Son niños vulnerables a cambios permanentes, bombardeados por estímulos visuales constantes y que en algunos casos no poseen orientaciones de un adulto que los ayuden a comprender toda información, o por lo menos a discriminar entre lo que es aceptable y lo que no.
Es por esto que como padres tenemos, hoy más que nunca, una labor importante en el desarrollo personal y social de quienes nos siguen los pasos. La tecnología seguirá en avance y cada vez más y más ideas intentarán seducir la mente de esos pequeños diamantes en formación.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Debemos buscar alternativas que nos permitan bajar la frecuencia en el uso del internet, lo que a su vez nos permitirá pasar más tiempo con nuestros hijos. Lo anterior no implica que abandone mis labores hogareñas, por el contrario, incluir a los niños en las mismas es una buena forma de compartir con ellos: doblar la ropa, cocinar, hacer las camas, entre otras; además de realizar actividades familiares como leer, cantar, bailar y jugar. Todas estas acciones, por pequeñas que parezcan, marcarán huellas y ayudarán con las formación de futuros hombres y mujeres críticos y valiosos para la sociedad.
Los grandes avances tecnológicos son maravillosos, pero nada puede reemplazar el buen consejo de una madre o un padre. 



Profa. Angélica Taboada
Magister en Lectura y Escritura
Profesora Universitaria

miércoles, 7 de mayo de 2014

Mi bebé empieza el maternal - Dra. Lidmi Fuguet



Mi bebé empieza el maternal... cuando una madre enuncia esta frase generalmente viene acompañada de un conjunto de sentimientos que pueden reflejarse en una mirada materna llena de lágrimas, inquietudes y temores. Quienes ya hemos llevado a nuestros peques al maternal, sabemos lo duro que puede ser este paso, pero a la vez lo gratificante, experiencial y maravilloso que puede convertirse esta nueva etapa de nuestras vidas (tanto para mamá, como para bebé)
Recuerdo el día que dejé por primera vez a Sabrina en el maternal... Yo, a pesar de ser maestra, eterna y profundamente convencida de las maravillas con las que mi Sabri se encontraría allí, además de la plena confianza que le tenía a mis colegas, al momento de entregarla a su maestra (Lucy, a quien siempre la tendré en mi recuerdo y le estaré agradecida), hacer las fotos rutinarias de registro de vida de mi nena y luego de cerrada la puerta del cole y de mi carro, rodaron incontables lágrimas por mi rostro, muchas de miedo, de angustia, de separación y otras más de profunda alegría al ver como mi hija crecía y aprendía.
Relato esta pequeña experiencia como una muestra de que estos sentimientos siempre están presentes y lo importante de todo, es que  logremos conectar con ellos, sentirlos, vivirlos y entenderlos desde nuestra mirada como madre/adulto e intentar trasladarnos a los sentimientos desde la mirada de nuestro hijo/bebé con el objeto de poder darles el más adecuado y amoroso acompañamiento para que esta separación física se convierta en un crecimiento personal y emocional de la diada madre-hijo y no una sensación de rompimiento, abandono y frustración.
En primer lugar, debemos tener la plena confianza en nosotras mismas por la decisión que hemos tomado de llevar a nuestros peques al maternal, sea por necesidades laborales, por convicción de bienestar para el bebé o por tener un poco de tiempo disponible para ti. Cualquier razón es legítima siempre y cuando estemos como madres y mujeres conectadas y convencidas de ello.
Algunas decidimos hacerlo cuando nuestro bebé tiene meses, otras cuando tiene ya algunos años, pero siempre las inquietudes están allí, es por ello importante estar convencidas de nuestras decisiones y tomar las previsiones necesarias para el bienestar de nuestros hijos y de nosotros como padres responsables.
En segundo lugar, es relevante tener confianza en quienes le hemos otrogado la gran responsabilidad de cuidar y educar a nuestros hijos en un parte de la jornada diaria. Nosotras las madres tenemos una maravillosa intuición que nos ha permitido escoger el mejor lugar para nuestro bebé, tanto por su ubicación, infraestructura, calidad, actividades, alimentación, en fin el conjunto de servicios integrales que ofrece la institución educativa que hemos seleccionado. Seguro que para ello hemos consultado con amigas, hemos analizado sus experiencias y hay algunas que hasta nos hemos entrevistado con el director de la institución.  Sin embargo el temor sigue allí, lo atenderán bien?, lo dejarán llorando?, se adapatará?  Ante esto es importante saber que quien recibe a nuestro hijo es un profesional especializado en el campo de la atención y educación integral de los bebés, en la actualidad las tendencias pedagógicas en educación infantil giran hacia una atención integral, amorosa y respetuosa por lo que el uso de técnicas de condicionamiento conductual donde al niño "lo dejan llorando hasta que se acostumbre" es una práctica, gracias a Dios, casi en extinción, si estas condiciones se desarrollan de manera armónica, ten la plena seguridad que tu bebé se adaptará, los seres humanos estamos emocionalmente configurados para sentirnos bien en el espacio donde nos atienden y nos quieren, por supuesto que esto no quiere decir que nos dejarán de extrañar, pensar o necesitar, esto es una cierta y doble realidad.  De aquí lo importante es que como madres establezcamos una relación fluida, de cordialidad y confianza con la maestra de esta manera podemos estar informadas del día a día de nuestro hijo y poder discriminar si sus llantos son por la hermosa sensación de extrañarnos o por otras cosas poco favorables como  abandono o maltrato por parte de quienes lo cuidan, en estos casos la intución materna siempre termina resultando el mejor indicador.
En tercer lugar, debemos dejar de lado los sentimientos de culpa que puedan emerger de esta situación, ciertamente la maternidad nos cambia por completo, pero no por ello dejamos de ser personas, mujeres, profesionales y emprendedoras.  Es por ello que la necesidad de llevar a nuestros hijos al maternal no debe ser vista como una irresponsabilidad, un abandano; es simplemente una necesidad indistintamente de la razón que la impulse y como tal debemos satisfacerla con sabiduría, en el momento oportuno, para sacarle el mayor provecho posible tanto para nuestros hijos como para nosotras como madres y mujeres.
Ciertamente esta situación es más fácil de comprender por nosotros los adultos que por los bebés, es por ello que a continuación ofreceré algunas recomendaciones para que esa separación sea lo más armoniosa posible, evitando en todo momento que no sea entendida como abandono y que la adaptación sea un proceso fluido:
1. Incorporar al bebé de manera paulatina, esto podría hacerse incrementando el tiempo de permanencia del bebé poco a poco, por ejemplo: la primera semana dos horas, luego ir incrementando el tiempo en la medida de como veamos el ritmo de adaptación de nuestro peque
2. Dejar en la escuela cosas que le puedan ofrecer un ambiente conocido y de confiabilidad, por ejemplo: dejar con la maestra un CD con la música que usualmente escuchaba en casa, una almohadita, muñeco o sábana que usa en su cuna
3. Hablarle constantemente al bebé de su nuevo espacio, de las nuevas personas y de tu temporal separación física, más no emocional, mucho menos sentimental
4. Al dejarlo y al buscarlo siempre mánten un contacto físico y amoroso: beso, caricia, frase cariñosa
5. Muy atenta a cambios conductuales y emocionales que puedas notar de tu bebé, recuerda que él es tu mejor informante
6. Consulta la conducta de tu bebé durante el día con la maestra
La conexión con la maestra es una de las claves más importante para que este proceso sea exitoso, recuerda que ella se ha convertido en este momento en tu aliada para la crianza y educación que has decidido darle a tu hijo.
Finalmente, espero que con estas líneas si bien sé que no van a lograr desaparecer todas las inquitudes, miedos ni lágrimas... tampoco es mi intención, espero que sean de gran utilidad para reencontrarnos con nosotras mismas y con nuestros bebés, reconozcamos, aprendamos y disfrutemos esta nueva etapa, en función de una vida más amorosa, saludable y de paz.

Lidmi Fuguet
Mamá de Sabrina
Profesora en Educación Especial - Dificultades de Aprendizaje
Magister en Lctura y Escritura
Doctora en Educación
Creadora de Pequeñas Estrellitas

jueves, 10 de abril de 2014

Estimulación Oportuna: una conexión amorosa de aprendizaje mamá-bebé - Dra. Lidmi Fuguet






Al hablar de estimulación, inmediatamente nos viene a la cabeza la imagen vinculada a la posibilidad de garantizar mayores niveles de inteligencia de nuestro hijo en comparación con estándares conductuales del desarrollo. Si bien esto podría ser una noción un tanto cierta, es conveniente aclarar que no es tan determinante como se piensa, ni lo más importante, veamos a continuación algunas ideas al respecto.

Partiendo de la premisa que nuestro hijo es un ser único e irrepetible, entendemos pues que cada niño tiene un ritmo de desarrollo particular, que si bien responde genéricamente a parámetros universalmente aceptados, estas orientaciones conductuales no deben verse como patrón estático. Qué quiere decir esto? Vamos a graficarlo con un ejemplo, muchos sabemos que los niños se inician en el gateo aproximadamente a los seis o siete meses de edad, su aparición más temprana no implica mayor inteligencia, así como su manifestación más tarde no se traduce necesariamente en un retraso significativo del desarrollo, pues como se dijo inicialmente, cada niño tiene su ritmo y este debe ser respetado y acompañado.

Es dentro de este marco de ideas que la estimulación se propone como una actividad dinámica y respetuosa de encuentro entre el adulto significativo (puede ser mamá, cuidadora, terapeuta, docente) y bebé; en este sentido, debe dejar de verse como acciones dirigidas a acelerar la ejecución con la presunción de incremento intelectual, empezando entonces a entenderlo como un momento de disfrute y reconocimiento mutuo para desarrolar de manera integral al bebé abarcando aspectos tales como: la psicomotricidad, la cognición, los sentidos, el lenguaje, lo emocional, lo social y espiritual.

Para garantizar una estimulación oportuna de calidad y disfrute tanto para mamá como bebé, se recomienda:
1.    Respetar los ritmos de aprendizaje de los bebés, no esperar ni más ni menos de nuestros hijos, sino lo necesario y oportuno en función de sus potencialidades e intereses, para ello debemos conectarnos con ellos y reconocerlos como sujetos en crecimiento y en necesidad de acompañamiento amoroso.
2.    Establecer rutinas y hábitos flexibles: si bien la organización e implementación de rutinas es realmente favorable para la conformación de estructuras cognitivas y emocionales del bebé, no se debe hacer de ello un horario estático e inviolable, al contrario debe ser flexible y adaptable a los intereses y necesidades de los involcrados, tomando como marco referencial prioritario al bebé.
3.    Evitar situaciones y momentos de incomodidad: debemos estar muy atentos a la selección de los horarios y tipo de actividad (activas o pasivas) que se desea ejecutar en función de los estados de ánimo y disposición del bebé, por ejemplo si notamos que nuestro hijo es muy pasivo a tempranas horas de la mañana se sugieren ejercios tranquilos acordes a su sentir.
4.    NO presionar la aparición de conductas prematuras: forzar la manifestación de conductas realizando actividades en exceso, más que potenciar al bebé lo que puede ocasionar es la aparición de negaciones e incomodidades y hasta estrés en el bebé y en su madre, pues la estimulación se convierte en una acción retante con expectativas alejadas a las reales necesidades madurativas (desde lo biológico, emocional y espiritual) del niño.

Para finalizar, se hace imprescidible resaltar que el gran popósito de una adecuada estimulación oportuna y respetuosa, más allá de maximimizar las potencialidades de nuesto bebé, debe estar dirigida a alcanzar la máxima felicidad y experiencia de vida en conexión sincera y armónica con nuestros seres amados, ese es el secreto para un crecimiento saludable en cuerpo y mente para mamá y bebé... y también para toda la familia.

Lidmi Fuguet
Mamá de Sabrina
Profesora en Educación Especial mención Dificultades de Aprendizaje
Magister en Lectura y Escritura
Doctora en Educación
Creadora de Pequeñas Estrellitas



jueves, 27 de marzo de 2014

Enseñando a mi hijo a leer y escribir: el reto! - Dra. Lidmi Fuguet


La escolaridad de nuestros hijos viene siempre acompañada de una serie de sentimientos, emociones, expectativas y retos, tanto para nuestros chicos como para nosotros los padres. A los niños les encanta la idea de hacer amigos en el cole, les inquieta la realización de las tareas tras la expectativa de si serán fáciles o difíciles, le preocupa el logro de sus actividades acémicas para la promoción de un grado a otro; por el otro lado a nosotros nos angustian los nuevos retos escolares que enfrenta nuestro hijo? Cómo es su rendimiento académico? Y entre otras angustias más tenemos uno de los más significativos de toda la escolaridad: aprenderá mi hijo a leer y escribir?
Leer y escribir son, consideradas por la mayoría de los papás y los maestros, las acciones más importantes a desarrollar en los primeros años de escolaridad de los niños. Para muchos docentes es el criterio predilecto para diagnosticar (y etiquetar) deficiencias actitudinales y conductuales en sus alumnos o para decidir la promoción a grados superiores; por nuestra parte es el elemento más resaltante de comparación entre hermanos, primitos y amigos, cuántas veces hemos escuchado: Sabrina ya reconoce las letras, Andrés ya lee!, Carlota aprendió más rápido que Andrés o Santiago aún no aprende, no le gusta, le cuesta mucho!
Y empieza aquí el dilema: por qué algunos niños aprenden más rápido que otros? La respuesta es simple y sencilla, cada niño es único y por lo tanto tiene su propio ritmo y pautas de aprendizaje, lo que para nada significa que existan niños más inteligentes que otros. Entendiendo esta premisa básica de reconocimiento de la individualidad y lo particular de cada uno de tus hijos, empezamos un nuevo reto como padres, que es dejar de lado las comparaciones y angustias por lo que NO es nuestro pequeño e iniciarnos en el trayecto de conocer sus procedimientos, vías y preferencias para la construcción del aprendizaje.
Leer y escribir, más allá de ser la angustia de muchos, son en realidad acciones de gran complejidad cognitiva y social, por lo que su aprendizaje implica todo un reto para nuestros hijos y si queremos que lo construyan de manera exitosa (es decir, que lea y escriba para la vida y no para que realice una simple copia o dictado), entonces el reto debe ser compartido y convertirse en algo divertido, así tendremos en nuestras manos la clave del éxito! Pero para lograrlo debemos empezar a desmontar algunos mitos que constantemente rondan por nuestras cabezas:
1. Aprendemos por repetición: FALSO! Nuestras estructuras mentales son inmesamente complejas e inteligentes por lo que nuestro aprendizaje es un proceso mucho más complejo que una repetición o copia de conducta; en realidad es un interesante juego de intercambio de experiencias, pruebas, éxitos y fracasos que nos invitan a conformar y comprobar constantemente hipótesis; en este sentido, “aprendemos por construcción”
2. Los niños comenten muchos errores que hay que penalizar para que no los repitan: NO! los niños construyen hipótesis y en el proceso de comprobación obtienen algunos fracasos útiles para consolidar las normativas convencionales que constituyen los códigos comunicacionales, en este caso en particular el código lingüístico y comunicacional de la cultura escrita; por tal razón no penalices los errores, “reorienta la hipótesis”.
3. Se aprende a leer y escribir ejercitando: PODRÍA SER! Ciertamente el contacto con la lengua escrita favorece el aprendizaje de estas acciones, pero no “ejercitando”como si fuese un músculo; sino interactuando con diversos libros, literatura divertida, artículos interesantes, en fin con diversos textos que sean atractivos y motivantes para el niño; es decir “se aprende a leer y escribir, leyendo y escribiendo”.
4. Haz de la lectura y la escritura un hábito: CUIDADO! Un hábito es algo que hacemos por rutina, como consecuencia de acuerdos sociales que no necesariamente implican aprendizaje y goce; por ejemplo todos los días nos cepillamos los dientes no porque sea una acción que nos encanta, sino por higiene. Entonces si hacemos de la lectura y escritura un hábito podríamos garantizar que se implemente la acción a determinada hora del día, pero no implica que nuestro hijo esté aprendiendo o disfrutando del momento, por eso lo importante es que se haga de estas acciones un “momento de placer”
Muy bien, desmontadas ya estas premisas y construidas unas nuevas, surgen ahora otras interrogantes: y cómo logro todo ésto? Puedo ayudarlo yo desde casa? Pues si y muy fácil, revisemos juntos algunas ideas para hacer de las actividades de lectura y escritura un momento de diversión, compartir en familia y aprendizaje para todos:
1. Ten en casa diversidad de textos: cuentos clásicos, cuentos nuevos, cuentos viejos, libros coloridos, libros sencillos, costosos y baratos también, es importante que tu chico vea que los libros son un objeto insdispensable en la casa, que tienen diferentes usos, que algunos se cuidan, se usan y divierten más que otros, de esta manera le estamos enseñando la amplitud functional del texto y la cultura escrita.
2. Haz de la lectura y escritura un acto comunicacional (no una tarea escolar): dile a tu pequeño que te ayude a hacer la lista del mercado, pueden hacer dibujos de lo que necesitamos comprar y luego colocarle nombres; elaboren la tarjeta de felicitaciones para el cumpleaños del compañerito de clases, para el día del padre o las festividades navideñas; escriban juntos su nombre para hacer etiquetas para los útiles del cole; leamos un cuento juntos, mamá lee el cuento hoy y mañana nuestro pequeño puede constuir la historia a partir de las imagenes del cuento.
3. Si algún familiar viene de visita práctica algún cuento para que lo dramatice, haga un títere o se lo cuente al abuelo, tía o primo, esto favorecerá no solo el conocimiento de la lengua escrita sino también habilidades orales y de desenvolmiento social, además seguramente será un regalo inolvidable para el visitante!
4. Se su modelo lector: si te gusta leer esto es lo más fácil y placentero que puedes hacer para enseñar a tu hijo a leer, el simple hecho que él te vea abrir un libro, leer por tiempo el texto, le generará a tu hijo curiosidad por descubrir lo que esas letras esconden y a ti te aptrapa, puedes incorporar en la rutina del día el momento de lectura y todos en casa a esa misma hora se sienta cómodamente a leer, posibemente en los inicios tu hijo leerá menos tiempo que tú, pero a futuro sorprendentemente (y dichosamente) leerá hasta más que tú!
5. Reconoce más los esfuerzos y logros, que los errores: todo ser humano rechaza aquellas situaciones donde sabe que puede fracasar, si constantememte penalizamos a los niños por lo que están haciendo “mal” evitarán exponerse ante estas situaciones, por eso constantemente escuchamos a nuestros hijos decir “yo no se escribir, hazlo tú”, de esta manera estamos limitando sus posibilidades de intercambio con la lengua y por consiguiente las oportunidades para la construcción y comprobación de hipótesis; si modificamos la estrategia a resaltar los avances (por más pequeños que nosotros creamos que puedan ser) cambiaremos la actitud de nuestros hijos, y no solo estaremos favoreciendo el aprendizaje de la lengua escrita, sino que también fortaleceremos su actitud positiva y proactiva ante la vida, consolidando su personalidad, autonomía y autoestima.
6. Comunicate con la maestra: así como aprender a leer y escribir no es solo un compromiso del niño, enseñar a leer y escribir no es una responsabilidad exclusiva de la maestra, pues es algo que nuestro hijo va a aprender para la vida y como padres debemos estar involucrados. Haz de la maestra tu aliada en este proceso de construcción, aprendizaje y maduración, pídele orientación y apoya las actividades desde casa, de esta manera todos jugaremos a ganar – ganar.
Ciertamente no es nada fácil el tema de la escolaridad de nuestros hijos, nadie lo ha pensado así, pues de serlo Usted no estaría aquí conmigo compartiendo estas líneas, sin embargo el hecho de que sea complicado no significa que deba ser engorroso y fastidioso, nunca olvide que si aprendemos con placer… viviremos para ser felices!
Lidmi Fuguet
Profesora en Educación Especial – Dificultades de Aprendizaje
Magister en Lectura y Escritura
Doctora en Educación
Mamá de Sabrina
@PeqEstrellitas @CAVIEint