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jueves, 27 de marzo de 2014

Enseñando a mi hijo a leer y escribir: el reto! - Dra. Lidmi Fuguet


La escolaridad de nuestros hijos viene siempre acompañada de una serie de sentimientos, emociones, expectativas y retos, tanto para nuestros chicos como para nosotros los padres. A los niños les encanta la idea de hacer amigos en el cole, les inquieta la realización de las tareas tras la expectativa de si serán fáciles o difíciles, le preocupa el logro de sus actividades acémicas para la promoción de un grado a otro; por el otro lado a nosotros nos angustian los nuevos retos escolares que enfrenta nuestro hijo? Cómo es su rendimiento académico? Y entre otras angustias más tenemos uno de los más significativos de toda la escolaridad: aprenderá mi hijo a leer y escribir?
Leer y escribir son, consideradas por la mayoría de los papás y los maestros, las acciones más importantes a desarrollar en los primeros años de escolaridad de los niños. Para muchos docentes es el criterio predilecto para diagnosticar (y etiquetar) deficiencias actitudinales y conductuales en sus alumnos o para decidir la promoción a grados superiores; por nuestra parte es el elemento más resaltante de comparación entre hermanos, primitos y amigos, cuántas veces hemos escuchado: Sabrina ya reconoce las letras, Andrés ya lee!, Carlota aprendió más rápido que Andrés o Santiago aún no aprende, no le gusta, le cuesta mucho!
Y empieza aquí el dilema: por qué algunos niños aprenden más rápido que otros? La respuesta es simple y sencilla, cada niño es único y por lo tanto tiene su propio ritmo y pautas de aprendizaje, lo que para nada significa que existan niños más inteligentes que otros. Entendiendo esta premisa básica de reconocimiento de la individualidad y lo particular de cada uno de tus hijos, empezamos un nuevo reto como padres, que es dejar de lado las comparaciones y angustias por lo que NO es nuestro pequeño e iniciarnos en el trayecto de conocer sus procedimientos, vías y preferencias para la construcción del aprendizaje.
Leer y escribir, más allá de ser la angustia de muchos, son en realidad acciones de gran complejidad cognitiva y social, por lo que su aprendizaje implica todo un reto para nuestros hijos y si queremos que lo construyan de manera exitosa (es decir, que lea y escriba para la vida y no para que realice una simple copia o dictado), entonces el reto debe ser compartido y convertirse en algo divertido, así tendremos en nuestras manos la clave del éxito! Pero para lograrlo debemos empezar a desmontar algunos mitos que constantemente rondan por nuestras cabezas:
1. Aprendemos por repetición: FALSO! Nuestras estructuras mentales son inmesamente complejas e inteligentes por lo que nuestro aprendizaje es un proceso mucho más complejo que una repetición o copia de conducta; en realidad es un interesante juego de intercambio de experiencias, pruebas, éxitos y fracasos que nos invitan a conformar y comprobar constantemente hipótesis; en este sentido, “aprendemos por construcción”
2. Los niños comenten muchos errores que hay que penalizar para que no los repitan: NO! los niños construyen hipótesis y en el proceso de comprobación obtienen algunos fracasos útiles para consolidar las normativas convencionales que constituyen los códigos comunicacionales, en este caso en particular el código lingüístico y comunicacional de la cultura escrita; por tal razón no penalices los errores, “reorienta la hipótesis”.
3. Se aprende a leer y escribir ejercitando: PODRÍA SER! Ciertamente el contacto con la lengua escrita favorece el aprendizaje de estas acciones, pero no “ejercitando”como si fuese un músculo; sino interactuando con diversos libros, literatura divertida, artículos interesantes, en fin con diversos textos que sean atractivos y motivantes para el niño; es decir “se aprende a leer y escribir, leyendo y escribiendo”.
4. Haz de la lectura y la escritura un hábito: CUIDADO! Un hábito es algo que hacemos por rutina, como consecuencia de acuerdos sociales que no necesariamente implican aprendizaje y goce; por ejemplo todos los días nos cepillamos los dientes no porque sea una acción que nos encanta, sino por higiene. Entonces si hacemos de la lectura y escritura un hábito podríamos garantizar que se implemente la acción a determinada hora del día, pero no implica que nuestro hijo esté aprendiendo o disfrutando del momento, por eso lo importante es que se haga de estas acciones un “momento de placer”
Muy bien, desmontadas ya estas premisas y construidas unas nuevas, surgen ahora otras interrogantes: y cómo logro todo ésto? Puedo ayudarlo yo desde casa? Pues si y muy fácil, revisemos juntos algunas ideas para hacer de las actividades de lectura y escritura un momento de diversión, compartir en familia y aprendizaje para todos:
1. Ten en casa diversidad de textos: cuentos clásicos, cuentos nuevos, cuentos viejos, libros coloridos, libros sencillos, costosos y baratos también, es importante que tu chico vea que los libros son un objeto insdispensable en la casa, que tienen diferentes usos, que algunos se cuidan, se usan y divierten más que otros, de esta manera le estamos enseñando la amplitud functional del texto y la cultura escrita.
2. Haz de la lectura y escritura un acto comunicacional (no una tarea escolar): dile a tu pequeño que te ayude a hacer la lista del mercado, pueden hacer dibujos de lo que necesitamos comprar y luego colocarle nombres; elaboren la tarjeta de felicitaciones para el cumpleaños del compañerito de clases, para el día del padre o las festividades navideñas; escriban juntos su nombre para hacer etiquetas para los útiles del cole; leamos un cuento juntos, mamá lee el cuento hoy y mañana nuestro pequeño puede constuir la historia a partir de las imagenes del cuento.
3. Si algún familiar viene de visita práctica algún cuento para que lo dramatice, haga un títere o se lo cuente al abuelo, tía o primo, esto favorecerá no solo el conocimiento de la lengua escrita sino también habilidades orales y de desenvolmiento social, además seguramente será un regalo inolvidable para el visitante!
4. Se su modelo lector: si te gusta leer esto es lo más fácil y placentero que puedes hacer para enseñar a tu hijo a leer, el simple hecho que él te vea abrir un libro, leer por tiempo el texto, le generará a tu hijo curiosidad por descubrir lo que esas letras esconden y a ti te aptrapa, puedes incorporar en la rutina del día el momento de lectura y todos en casa a esa misma hora se sienta cómodamente a leer, posibemente en los inicios tu hijo leerá menos tiempo que tú, pero a futuro sorprendentemente (y dichosamente) leerá hasta más que tú!
5. Reconoce más los esfuerzos y logros, que los errores: todo ser humano rechaza aquellas situaciones donde sabe que puede fracasar, si constantememte penalizamos a los niños por lo que están haciendo “mal” evitarán exponerse ante estas situaciones, por eso constantemente escuchamos a nuestros hijos decir “yo no se escribir, hazlo tú”, de esta manera estamos limitando sus posibilidades de intercambio con la lengua y por consiguiente las oportunidades para la construcción y comprobación de hipótesis; si modificamos la estrategia a resaltar los avances (por más pequeños que nosotros creamos que puedan ser) cambiaremos la actitud de nuestros hijos, y no solo estaremos favoreciendo el aprendizaje de la lengua escrita, sino que también fortaleceremos su actitud positiva y proactiva ante la vida, consolidando su personalidad, autonomía y autoestima.
6. Comunicate con la maestra: así como aprender a leer y escribir no es solo un compromiso del niño, enseñar a leer y escribir no es una responsabilidad exclusiva de la maestra, pues es algo que nuestro hijo va a aprender para la vida y como padres debemos estar involucrados. Haz de la maestra tu aliada en este proceso de construcción, aprendizaje y maduración, pídele orientación y apoya las actividades desde casa, de esta manera todos jugaremos a ganar – ganar.
Ciertamente no es nada fácil el tema de la escolaridad de nuestros hijos, nadie lo ha pensado así, pues de serlo Usted no estaría aquí conmigo compartiendo estas líneas, sin embargo el hecho de que sea complicado no significa que deba ser engorroso y fastidioso, nunca olvide que si aprendemos con placer… viviremos para ser felices!
Lidmi Fuguet
Profesora en Educación Especial – Dificultades de Aprendizaje
Magister en Lectura y Escritura
Doctora en Educación
Mamá de Sabrina
@PeqEstrellitas @CAVIEint

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