Powered By Blogger

viernes, 10 de julio de 2015

Mami, aquí estoy! No soy invisible - Profa. Jenica Lizardo



Mi hermano está enfermo y mi familia está totalmente ocupada de él, de ir al hospital, llevarle comida, revisar su tratamiento y por supuesto de que su salud mejore, pero… ¿qué pasa conmigo?
Esta puede ser una pregunta común que se hacen los hermanos de niños en situación de enfermedad y hospitalización, pues el entorno familiar se modifica considerablemente, las rutinas, el trabajo, las responsabilidades y hasta los afectos cambian cuando los ojos de los miembros del entorno solo ven al niño enfermo. Muchas veces las madres se convierten en guardianas de 24 horas y permanecen en el hospital, tanto así que, en ocasiones, dejan bajo la responsabilidad de otras personas el cuidado de su hogar y del resto de los miembros de su familia.
Pensemos un poco, qué pasa con ese otro niño que se encuentra bien en lo que a su salud física se refiere, qué pasa con sus emociones y sentimientos, en primer lugar por tener que enfrentar y comprender la situación de su hermano y en segundo lugar porque muchas veces se siente desplazado en tiempo, espacio, responsabilidades, logros e incluso el cariño. Estos, experimentan cierta pérdida de estatus familiar a partir del inesperado escenario que se le presenta al tener un miembro cercano de su familia hospitalizado, lo que muchas veces lo convierte en un ser invisible, en un ser olvidado, ya que se dejan de cubrir sus necesidades en todos los aspectos.
Ahora bien, ¿qué sentimientos pueden manifestar estos niños olvidados?
-       Celos: le prestan más atención a mi hermano enfermo que a mí.
-       Culpabilidad: ¿será que su enfermedad puede ser culpa mía?
-       Miedo: ¿y si lo que tiene es contagioso y me lo transmite? (así sea asma, el miedo persiste)
-       Vergüenza: No quiero que vean a mi hermano así, me da pena con mis amigos (esto es más visto en los casos en los que hay cambios físicos muy evidentes como la caída del cabello, la pérdida de algún miembro, entre otros)
-       Rabia: ¿por qué le tuvo que pasar esto a él y no a otro? El no hace nada malo.
Estas emociones y algunas otras,  se pueden presentar en conjunto o separadas y son los padres los que deben tratar de mantener el equilibrio aunque se crea casi imposible. Es necesario recordar que cada persona es única y por lo tanto, todos necesitamos atención, cuidados, cariño, afecto y lo más importante, sentir que a pesar de cualquier situación que se presente, siempre se contará con la familia y los que nos rodean.
Es por ello que para minimizar el impacto que se genera en un hermano respecto a la enfermedad, se deben tomar en consideración las siguientes recomendaciones: 
1.- Informar sobre la naturaleza de la enfermedad. Se debe evitar que la información quede exclusivamente bajo la responsabilidad de los padres. Resulta importante involucrar a los miembros del grupo familiar, médicos, enfermeras, docentes, entre otros.
2.- Comunicar los sentimientos. Es necesaria la comunicación efectiva para poder expresar con naturalidad cualquier emoción, sin tener que reservarla.
3.- Respetar a los hermanos en su individualidad, en sus pertenencias personales, en sus actividades escolares y actividades de ocupación del tiempo libre.
Como padres se debe tratar de mantener el equilibrio, aunque resulte casi imposible. Hay que recordar que cada persona es única y por ende cada niño, niña y adolescente. Recordemos que muchas familias terminan superando las situaciones de enfermedad y hospitalización volviéndose más fuertes, más flexibles y más positivas.
Profa. Jenica Lizardo
Profesora Universitaria UPEL – IPC

No hay comentarios.:

Publicar un comentario