Powered By Blogger

martes, 4 de junio de 2019

Entrevista a la Profesora Mercedes Guanchez. Por Diana Nivia








Entrevista a Mercedes Guanchez
Profesora universitaria de Castellano, Literatura y Latín. Especialista en Literatura Infantil y Juvenil. Magister en Literatura Latinoamericana. Promotora de Lectura y Escritura.

1.- ¿Qué es la promoción de la lectura?

Esta pregunta es muy compleja y no tiene, por supuesto, una única respuesta. Promoción de lectura está asociada a muchas cosas. La primera de ellas es a un lector. Y cuando digo lector, la asociación inmediata, en consecuencia, es el libro. Todo ello amalgamado con un toque de pasión. De modo que promoción sería algo así como una forma de persuasión o seducción apasionada que hacen algunos lectores hacia otras personas sobre un libro con la idea de compartir sus afectos y satisfacciones de lectura. El significado de la promoción es lograr sensibilizar…entusiasmar a otros, invitar.

2.- En muchas oportunidades, se suele utilizar el término promoción como sinónimo de animación. Usted considera que son iguales o diferentes?

Yo diría que son parientes. O más bien que son como una especie de morochos, y no gemelos. Ambas se encuentran porque su esencia es el libro y la lectura. Pero cada una tiene su forma de llegar a los lectores. Son dos caminos para llegar a una misma meta. Algunas veces esos caminos pueden cruzarse. Una Feria de Libros es una actividad de promoción, sin duda. Y algunas actividades que se hacen dentro de la feria se acercan a la animación, especialmente las dedicadas a los neo lectores o primeros lectores. Cada vez que se lee un libro y se comparte es una forma de promoción; por ejemplo un encuentro con el autor. Cuando unos niños dramatizan o simulan la historia de un libro se está ante una forma de animación. También lo es una buena lectura en voz alta con todos sus énfasis. Particularmente, los docentes hacemos las dos cosas cuando recomendamos algún libro, y el lugar de encuentro siempre será el libro y su lectura.    

3.- Desde el ámbito universitario en donde usted se desenvuelve y donde ha tenido una amplia y valiosa experiencia, cómo podemos promover la lectura a la vez que estamos formando al docente?

Para la promoción de la lectura y escritura, el ámbito universitario no es distinto a otros. Esto debe quedar claro. El trabajo de promoción en la universidad requiere quizás las mismas energías y acciones sostenidas  que en cualquier ámbito o escenario donde quiera formar lectores. La diferencia más notoria quizás sea la edad, porque pensamos que en la universidad se trabaja con adultos (en su mayoría), pero en realidad  los intereses de esos potenciales lectores siguen siendo diversos, igual que los de los niños. Probablemente, estén direccionados o focalizados en la especialidad de formación de la universidad, pero esto no limita la acción del promotor. En el caso de nuestra universidad que forma docentes, siempre el fin último será lograr adecuar los saberes y conocimientos al nivel para el cual se está formando ese docente: lo que al final se traduce en lograr  acercarse a ( y satisfacer) los intereses de niños y jóvenes en general.
De manera que quiero ser enfática en lo que dije arriba: promover la lectura y escritura en cualquier escenario (y más en la universidad) debe ser una acción persistente, consecuente, consciente y coherente por parte del promotor. INCANSABLE! Permanente, sostenida en el tiempo. Y eso se logra con acciones evidentes y notorias. No  con quejas. Quejarse no sirve de nada. Entonces, podría enumerar una larga lista de acciones propias de un promotor, pero la principal es generar lo que yo llamo el contagio colectivo. Si pensamos que en la universidad  (como en la escuela o el jardín de niños) este papel protagónico le toca al docente  lo que necesita para lograrlo es ser MODELO. Ser el modelo vivo del lector que queremos. Es la cualidad necesaria principal para el contagio, para que se vaya propagando de uno en uno, de a poco, hasta hacerlo con la mayor cantidad de estudiantes. Siempre he insistido que el promotor natural es el adulto (sea el padre o el docente). En este caso, es el docente universitario quien tiene la tarea/ reto de ser modelo de sus estudiantes, promover y animar las acciones  que desarrollen, fortalezcan  y consoliden competencias lectoras fundamentales en todo (futuro) docente. Desarrollar estrategias de comprensión y producción de textos diversos en cada aula será una de esas tareas esenciales. La consigna “natural” para la promoción en la universidad  será siempre “leer es comprender”. Por lo tanto, no habrá ni puede haber nunca contradicción o divorcio entre  promover la lectura y la escritura y formar docentes.
Finalmente, como profesora de español y literatura, y promotora de lectura, estoy convencida de que en la universidad se necesitan acciones concretas que fortalezcan las cuatro dimensiones del lenguaje (hablar, escuchar, leer y escribir). Y que adicionalmente a esto se abran las oportunidades a través de la participación activa de todos los docentes en acciones que involucren la promoción de la lectura y escritura para todos, para realidades diversas y en todas las comunidades sin discriminación de ningún tipo: para sordos, invidentes y tantos otros. Es sin duda, una tarea pendiente desde las universidades del país.

4.- Usted considera que es un reto promover la lectura con sus propios alumnos o los alumnos llegan a la Universidad para formarse siendo ya unos buenos lectores?

Esta pregunta es muy interesante, porque supondríamos de plano que al llegar a la universidad  hay mucho camino andado; y que el estudiante llega después de varios anos de educación formado como lector. Esa suposición es todo un mito. No es así. Realmente no tengo a mano, ahora mismo, todos los datos estadísticos de lo que ocurre en los países llamados del “primer mundo”. Pero si te puedo confirmar que  en América Latina no es así. Nuestra realidad es preocupante. El estudiante universitario llega con muchos vacíos, muchas carencias y pobres y limitadas competencias para el aprendizaje en general.
Entonces se trata de un reto del profesor universitario. Un reto inmenso que lo conmina y le demanda mucho compromiso y creatividad para formar a sus estudiantes como lectores competentes. Y en este reto la dificultad no solo es, el tipo de lector que llega a la universidad; sino el tipo de lector que es el docente. No es un secreto que no se puede dar lo que no se tiene. Y en el caso de los docentes universitarios, tampoco es un secreto decir que hay algunos que definitivamente no promueven la autonomía de los estudiantes, sino que por el contrario, insisten en la repetición textual o literal y no siembran en sus estudiantes el espíritu de indagación y búsqueda de saberes, mucho menos la autonomía. No es un secreto tampoco decir que hay profesores que no compran libros, que no actualizan su biblioteca personal, que no promueven la compra o búsqueda de textos diversos (sean estos físicos o electrónicos) para sus estudiantes. Docentes que le temen a las tecnologías. Hoy el reto es para cada docente en particular.
En mi caso, más que un reto, que lo es siempre desde cualquier perspectiva, se trata de un placer. Un tremendo placer desde mi labor como Promotora de lectura. Hago promoción desde todos los niveles educativos y cuando tengo la oportunidad, hago lo posible por llegar a contextos no formales y promover la lectura y la escritura desde distintos ámbitos de la comunidad. Seguirá siendo un reto y un compromiso permanente.

5.- ¿Cómo se puede aprovechar las nuevas tecnologías para a través de las mismas promover la lectura y escritura en nuestros estudiantes?

Las tecnologías deben ser vistas y aprovechadas como amigas de los procesos de promoción de la lectura y la escritura. Esto debe ser una premisa en todos los niveles educativos, desde la educación inicial hasta la universidad. Muchos docentes de todos los niveles se quejan de que  niños y jóvenes viven pegados a las tecnologías. Y yo les respondo, que hay de malo con eso?. Entonces dicen que por “culpa de las tecnologías”, los chicos no quieren leer.  Esto no es cierto. Se trata de compartir espacios, de aprovecharse de estas herramientas tecnológicas para hacer más atractiva la aproximación a los textos. Si dejo que entre el celular o la computadora  al aula de educación inicial los niños comenzaran a leer y escribir más tempranamente. Lo mismo ocurre en la universidad. Los docentes desaprovechan  los celulares de los estudiantes. Es cierto que todos los estudiantes no tienen celular, y también es cierto que todos sus celulares no son “inteligentes”; pero se pueden generar prácticas  que involucren el uso de los celulares para leerse y escribirse. Del mismo modo la creación o consultas de blogs por parte de los estudiantes…. El acceso a internet abre un maravilloso mundo quizás (a veces hasta) desconocido por algunos jóvenes. Proyectar películas o acceder a videos relacionados con diferentes temáticas y tópicos puede representar un puente directo a los textos; y esto desde cualquier dirección: es decir leer para ver  los videos  o mirar los videos para ir a los textos. Luego se abren espacios maravillosos de tertulias, discusiones y excusas  maravillosas para escribir. Mi recomendación para los docentes es que no le teman a las tecnologías dentro y fuera de las aulas de la universidad. Sus estudiantes lo agradecerán!

6.- ¿Qué recomendaciones le puede brindar al docente universitario para formar buenos lectores?

La universidad  es el espacio por excelencia para la confrontación de ideas, el debate, la discusión, el análisis, la reflexión…. Es  el recinto para ampliar la visión de mundo o mundo de vida  de cada persona que llega a este nivel educativo.
Independientemente de las especialidades, la universidad como espacio de formación exige de los estudiantes un máximo esfuerzo en cuanto a la cantidad de horas de trabajo individual. Ya no se trata de la escuela, se trata de un nivel educativo que supone mucho más compromiso y responsabilidad por parte del estudiante: más autonomía. Supone también un docente o profesor que sepa guiar a este estudiante en esa  nueva visión expandida del mundo y el conocimiento.
En tal sentido, todo docente universitario, y en especial los docentes de una universidad formadora de docentes como la nuestra, debe explorar  los argumentos de sus estudiantes relacionados con su vocación. Esto es lo primero que debe hacer, para que sus estudiantes se RECONOZCAN a sí mismos y puedan mostrarse ante otros desde ese reconocimiento. Para ello es necesario la práctica de la discusión permanente: que las aulas se vuelvan aulas socráticas, donde se discuta y se debata sobre cualquier tema; y por supuesto se lea y se reflexione sobre cualquier temática. La lectura sobre diversos temas de interés es fundamental. Sin duda, le toca al docente la responsabilidad de guiar y orientar los textos y las lecturas de esas tertulias proponer siempre un banco de referencias a donde acudir para ampliar las temáticas que resulten de particular interés para los estudiantes.
Los “buenos lectores” se forman como los atletas. Con buenas practicas sistemáticas. Esto significa que el docente universitario debe modelar el trabajo de aproximación a esos textos o lecturas, leer con ellos, junto a ellos, para ellos; discutir y reflexionar sobre los hallazgos, sobre las dificultades o bondades de esos textos. Un buen lector lo es en buena parte por la asistencia y la orientación de otros. Puede haber casos particulares de excepción en los cuales el lector se forma solo, pero esto no es el común de los casos.
Sin embargo, hay que abordar algunos obstáculos que se presentan en este nivel educativo. La mayoría de los estudiantes que llegan a la universidad se han desconectado de la lectura por causa de malas prácticas en el bachillerato. Y cuando hablo de malas prácticas me refiero a las del docente. Una gran mayoría se habitúa a escribir poco,  a responder preguntas de manera textual, a no reflexionar  sobre lo que lee y, tanto menos, a debatir o discutir sobre algún tema. Llega a la universidad sin habilidad para escribir y con una muy pobre competencia para leer. Por otra parte, los propósitos de lectura en un escenario como la universidad, contradictoriamente, parecen reducirse. Y digo “contradictoriamente” porque  en la mayoría de los casos son meramente informativos (para la búsqueda de información), y esto obedece a parcelas del conocimiento que se generan  precisamente por las áreas de conocimiento o especialidades diversas que existen en las universidades. Al docente universitario le corresponde despojarse (y despojar al estudiante) de esta “reducción” y abrirse a una mirada más universal e integradora de su especialidad. De tal manera que en las aulas los propósitos de lectura  siempre sean múltiples, diversos y distintos, tan diversos y distintos como los textos que se lean.
En consecuencia, si el docente de la universidad amplia los propósitos de lectura siempre habrá motivaciones para leer;  y  discutir y  reflexionar sobre lo que se lee dentro y fuera del aula. Esto no lo puede olvidar un docente universitario. Tiene el deber, la obligación diría yo, de ayudar a ese joven estudiante a convertirse en “lector del mundo” (y para el mundo) y para ello se requiere que la oferta de lectura sea diversa y que el docente haya mediado ese proceso con sus orientaciones y reflexiones. Que se lea más, que se reflexione más, que se comparta más sobre lo leído y que se escriba más de forma autónoma.

Entrevistada por Diana Nivia Garnica.
Profesora de Educación Especial en Deficiencias Auditivas


1 comentario:

  1. Excelente, la profesora Mercedes Guánchez es un ejemplo de autenticidad. Practica lo que predica. Gracias por esta entrevista.

    ResponderBorrar