Mucho
hemos oído hablar sobre lo difícil que puede tornarse la conducta de nuestros
hijos cuando llegan a la edad de los 2 años, es común escuchar que lo
identifiquen como los Terribles Dos o
la Primera Adolescencia, puesto que es
en esta etapa cuando empezamos a ver con más frencuencia manifestaciones
emocionales que en importantes oportunidades sentimos se pueden escapar de
nuestras manos. Si bien estos comportamientos podrían ser catalogados como
actuaciones poco adecuadas para el desenvolvimiento social, al profundizar en sus
causas encontraremos que, a pesar de lo incómodas que puedan resultar,
significan en realidad la maravillosa manifestación del crecimiento emocional de nuestro
pequeño.
A
esta edad los niños empiezan a consolidar dos aspectos fundamentales de su
personalidad: el reconocimiento de Yo y la autonomía; en este sentido, el control emocional
pasa a ser un reto tanto para los más pequeños, quienes tienen una explosión de
sensaciones que deben aprender a organizar y que no en todas las ocasiones lo
logran eficazmente, por eso estallan en pataletas; como para los padres,
quienes en oportunidades nos perdemos entre nuestras propias posibilidades de
comprensión empática.
Desde
esta perspectiva entendemos que en muchas oportunidades más que creer que
nuestros hijos nos quieren llevar la contraria y desobedecer, en realidad ellos
están configurando las nociones de acción, toma de decisiones y sus
posibilidades de intercambio con el entorno; en tal sentido, obligarlos sin
explicación alguna a seguir una orden, no sólo puede ser el detonante para la
negación ante tal solicitud, sino que le priva la oportunidad de consolidar
actitudes favorables el desarrollo de su autoestima y personalidad.
Si
bien este es un tema muy complejo, que implica el análisis de muchos más
elementos de los aquí mencionados, tomar conciencia como padres de estos dos aspectos nos invita a cambiar la etiqueta de Terribles Dos por Terrific
Two, pues sencillamente lo que está sucediendo a lo interno de nuestros
pequeños es un maravilloso proceso de crecimiento, asumirlo de esta manera nos
traerá grandes beneficios al momento de comprender y abordar las genuinas
conductas de esta etapa del desarrollo.
Lidmi
Fuguet
Mamá de Sabrina
Profesora de Educación Especial en Dificultades de Aprendizaje
Magister en Lectura y Escritura
Doctora en Educación
Coordinadora de Pequeñas Estrellitas @PeqEstrellitas
Una vez más te felicito por tan excelente reflexión. Gracias ��
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