Leer es un
acto social, que nos permite entrar en contacto con mundos fantásticos,
información valiosa para la vida, conocimientos universales y culturales,
momentos de placer, aprendizaje y recreación; en fin, un acto que implica toda
una aventura para vivir. Pero, qué es lo
que está pasando hoy en día que nuestros niños y adolescentes no logran
descubrir todas estas bondades?
Un primer factor para la distorsión de la función social
de la lectura ha sido la escuela, la cual ha logrado institucionalizar el uso
de los textos con una única función “estudiar” otrogándole a este un carácter academicista
que en la mayoría de los casos es penalizador. Un ejemplo de ello son los
llamados de atención que reciben los padres cuando sus hijos no han aprendido a
leer, así como las constantes amenazas que reciben nuestros niños por no aprender a tiempo o con la implementación de la lectura como método de
castigo.
Otro factor está vinculado con el entrono familiar, pues
si bien a todos los padres les atrae la idea de que su hijo sea un buen lector,
pocos son los que realmente puedan considerarse modelos de lectores autónomos y
es que nosotros (los padres de esta generación) también hemos transitado por
esa escuela que, en la mayoría de las oportunidades, lamentablemente
desnaturaliza la función social y estética del acto lector.
Si bien pareciera que contemplamos un panorama
complicado, lo importante es buscar soluciones, aquí les presento algunas ideas
para fomentar en nuestros hijos la lectura para el disfrute:
1.
Leamos juntos, compartir con nuestros hijos un
buen texto no sólo favorecerá la ampliación del vocabulario, el desarrollo de
habilidades lingüísticas y lectoras, sino que también fortalecerá las
relaciones madre/padre-hijos
2.
Dejemos libros al alcance de sus manos, en
nuestro hogar debemos garantizar la posibilidad de tener contacto con variedad
de textos, de orden narrativo, instrucccionales e informativos, así nuestros
hijos tendrán la oportunidad de escoger
3.
Visitemos bibliotecas y librerías, ofrezcamos la
posibilidad (cuando en tiempo y en economía esté a nuestro alcance) de
seleccionar y adquirir textos que puedan ser escogidos por nuestros hijos, así
desarrollaremos habilidades para la selección desde elementos textuales y
paratextuales
Aprovechemos
las bondades de los libros, la diversidad informativa que dentro de ellos
podemos encontrar, para convertir el transitar entre sus hojas y líneas en una
verdadera aventura difícil de olvidar…
Lidmi Fuguet
Mamá de Sabrina
Profesora en Educación Especial –
Dificultades de Aprendizaje
Magister en Lectura y Escritura
Doctora en Educación
Coordinadora de Pequeñas Estrellitas
@PeqEstrellitas
Texto original de @edukids
No hay comentarios.:
Publicar un comentario