El tiempo ha pasado volando, ya estamos en octubre, comenzaron las
clases y con ello la emoción de reencontrarnos con los amigos del
colegio, con las maestras y, ¿por qué no?, con nuevas lecturas. Es por
ello, que para este mes he seleccionado a Roald Dahl como uno de esos
autores fuera de serie que sabe atraparnos a través de sus historietas
de aventura y ensueño.
Este señor nació en Inglaterra en
1916. Su infancia estuvo matizada por una rígida formación inculcada
desde el seno escolar, pero también por el disfrute de las temporadas
vacacionales en Noruega durante la época de verano junto a su familia.
Hay quienes afirman que aunque en su hogar la educación siempre fue
prioridad, él nunca logró destacarse en sus estudios, por el contrario,
los pocos reconocimientos que obtuvo obedecían a actividades
deportivas.
Desde joven se interesó por la acción y la
aventura y es así como se convierte en explorador, luego en vendedor en
una fábrica de chocolates y más tarde en piloto. A los 26 años comenzó a
escribir y a relatar muchas de las experiencias vividas. También
participó como guionista de cine y televisión. Hoy en día sus obras son
reconocidas mundialmente y disfrutadas tanto por niños como por adultos,
pues en ellas subyacen historias que mezclan el humor y la crítica, la
magia y la fantasía. A continuación comparto algunas de sus obras más
preciadas.
Charlie y la Fábrica de Chocolate: esta fue la primera
obra que publicó en el año 1964. Trata sobre un niño de nombre Charlie
Bucke que vive con sus padres y abuelos maternos. Provienen de una
familia pobre, en la que muchas veces han tenido que soportar frío y
hambre. Charlie y su abuelo sueñan con visitar una fábrica de chocolate.
Un día este niño recibe la grata sorpresa de que ha sido acreedor de un
premio que le permitirá concretar su visita y con ello alcanzar su más
anhelado sueño.
Charlie y el gran ascensor de Cristal: dicen que
este libro es la continuación de la obra que les comenté anteriormente.
Aquí la vida de Charlie y su familia cambian de forma significativa.
Pues el señor Wonka decidió cederle a Charlie la maravillosa fábrica de
chocolate. Una vez que pasa a sus manos, a él se le ocurre diseñar un
gran ascensor de cristal que no solo suba y baje sino que además pueda
entrar en órbita. Desde este escenario todos vivirán una infinidad de
ricas y graciosas aventuras.
Matilda: es uno de esos libros
maravillosos que no podemos dejar de recomendar nunca. Trata de una niña
hermosa que con tan solo cinco años exhibe una inteligencia inigualable
pues su afición hacia los libros desde muy temprana edad hace que su
mundo se transforme en algo diferente, tan diferente que deja de vivir
con su insípida familia de sangre para empezar a convivir con una dulce y
encantadora maestra que le mostrará los diversos colores de la vida.
Las
Brujas: esta novela infantil narra la historia de un niño de siete años
que junto con su abuela, se enfrenta, nada más y nada menos, a la
Asociación de Brujas de Inglaterra. Lo curioso de esta trama es que
estas brujas son bien particulares, pues no son como las que
acostumbramos ver en películas o en historietas, no están vestidas de
negro ni usan gorros grandes de forma cilíndrica, estas salen a la
calle, se visten de forma normal, hablan contigo tan naturalmente que
hasta se pudieran confundir con alguna de ustedes.
Agu Trot: es
una de las obras que me cautivó desde que empecé a estudiar Literatura
Infantil en la Universidad. En este breve texto apoyado en ilustraciones
pintorescas se cuenta la
historia del señor Hoppy, quien durante
mucho tiempo ha estado enamorado no solo de su jardín sino también de
su querida vecina, la señora Silver. Pero este último amor silencioso
buscará una forma de manifestarse y probablemente una linda tortuguita
servirá de puente para que se dé un tierno acercamiento entre ambos.
Relatos
escalofriantes: quizás hasta este momento muchos de nosotros hemos
creído que los textos de Roald únicamente han estado dirigidos hacia un
público infantil y juvenil. Pero la obra que a continuación les voy a
mostrar fue elaborada para que todo tipo de público la pudiera
disfrutar. Y es que su ingenio se desbordó una vez más al presentarnos
once relatos distintos, pero todos cargados de misterio y asombro que
harán sobresaltar a más de uno.
En definitiva, hemos podido
apreciar cómo los textos de Roald Dahl traen consigo una carga
expresiva única en la que se mezcla magistralmente la dulzura y el
misterio, lo real y lo fantástico, lo corriente y lo inusual.
Ingredientes que hacen que sus producciones nunca dejen de perder
vigencia ni pasen desapercibidas entre niños y adultos, quienes siempre
estarán ávidos por tener entre sus manos deliciosas obras como estas.
Diana Nivia
Profesora de Educación Especial en Deficiencias Auditivas
Magister en Lingüística
Profesora Universitaria
Intérprete de Lengua de Señas Venezolana
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