Entrevista a Clara Canario
Profesora
de Castellano, Literatura y Latín. Magister en Lectura y Escritura. Candidata a
Doctor en Pedagogía del Discurso de la UPEL-IPC. Ha sido Coordinadora de la
Especialización y de la Maestría en Lectura y Escritura. Actualmente, se
desempeña como profesora de pregrado y postgrado en la Maestría en Lingüística
y en la Especialización en Lectura y Escritura en la misma casa donde cursó sus
estudios.
1.-
¿Qué significa leer?
Leer es una habilidad o
destreza que los seres humanos estamos en capacidad de desarrollar desde edades
tempranas, no permite acceder a todo tipo de información (recreativa,
informativa, especializada, entre otras) y sin duda nos acerca permanentemente
a infinidad de nuevos conocimientos. Y leer no solamente lo podemos aplicar a
la decodificación y procesamiento de textos escritos, también leemos las
imágenes, los símbolos, los gestos de las personas, su corporalidad, es decir,
todo lo que se nos presenta ante nuestra vista tiene posibilidad de enviarnos
información que captamos y procesamos según sea nuestro conocimiento del mundo.
2.-
¿Para qué leemos?
De acuerdo con la edad y con
el contexto en el que se encuentre el lector, la intención de la lectura
variará. En algunas circunstancias leeremos para informarnos sobre hechos
históricos o actuales, para distraernos, para aprender sobre cualquier tema que
nos interese, en fin, hay un sinnúmero de razones que nos acerca a la lectura a
lo largo de nuestras vidas. Quizás en el espacio escolar se asocia más la
lectura con la obligación que requiere la formación académica, sin embargo,
también hay quienes han asumido la lectura como un pasatiempo, como una sabrosa
distracción.
3.-
¿Qué es comprender un texto?
Comprender lo entiendo como
ese proceso que permite que la información de algún material escrito sea
procesada, internalizada, por quien lo lee. En otras palabras, se puede decir
que quien comprende un texto lo puede parafrasear, comentar, porque el
contenido del material leído lo ha hecho suyo. Solo al comprender lo leído se
hace más probable que la nueva información y el vocabulario pasen a formar
parte del conocimiento activo y permanente del lector.
4.-
¿Cuáles son los pasos para trabajar la lectura en el aula?
Seguramente sobre este
aspecto haya diversas opiniones, pero particularmente he trabajado con una
serie de momentos que han resultado eficaces. En primer lugar, y sobre todo si
se trata de lectores infantiles, es necesario familiarizarlos con el tipo de
texto que van a leer, es decir, orientarlos en cuanto a lo que caracteriza a la
estructura, y al vocabulario propios de textos bien sea narrativos,
expositivos, argumentativos, entre otros. En segundo lugar, cuando se les
facilite a los lectores en aula algún material, es recomendable que se les
solicite que lo lean en voz baja y a la vez que vayan subrayando las palabras
que desconocen. Seguidamente, se revisa y aclara, en grupo, el vocabulario que
todos los estudiantes han señalado para invitarlos a una segunda lectura en la
que el contenido debería procesarse mejor si se han aclarado términos
desconocidos. Esto es importante hacerlo porque una de las razones que
dificulta la comprensión de la lectura es el desconocimiento del vocabulario
nuevo al que se enfrenta todo lector, bien sea desde un sencillo cuento
infantil hasta el material más especializado. Finalmente, propiciar la discusión
entre docente y alumnos, el intercambio de opiniones acerca de lo que se lee es
enriquecedor porque da la oportunidad de que cada quien exprese lo que ha
comprendido y además de que se pueden comparar las diversas interpretaciones
y/o puntos de vista de los lectores.
5.-
¿Leer una lista de supermercado es igual que leer una obra literaria?
¿Intervienen procesos diferentes?
No creo que sea igual leer
estos dos materiales por dos razones puntuales: por el vocabulario y por la
superestructura propia de cada uno. Al revisar una lista de compras no hay
mayor complejidad que decodificar palabras sueltas que están reunidas por
pertenecer al mismo campo semántico de “alimentos”, pero el enfrentarse a una
obra literaria implica atender a aspectos de redacción propia de ese tipo de
texto, a su vocabulario, al orden en que se organizan las ideas que se exponen
allí. Sin duda, los procesos mentales que intervienen para procesar lo leído
difieren totalmente en su complejidad.
6.-
¿Qué actividades le recomienda al docente para mejorar la comprensión de la
lectura de sus estudiantes?
Creo que parte de mis
recomendaciones están expresadas en la respuesta que desarrollé en la pregunta
número cuatro (4), sin embargo, otra recomendación puntual está en sugerirles a
los docentes que jamás utilicen la lectura como una sanción en su aula de clase
porque de inmediato ese educando asumirá el acto de leer como un castigo, se
acercará a los materiales con rechazo y eso pudiese incidir en los bajos
niveles de comprensión que pueda alcanzar.
Por el contrario, mientras
propiciemos un acercamiento placentero y provechoso entre el lector y el texto,
tendremos más personas interesadas en leer y educandos convencidos de que los
materiales escritos pueden ser sus mayores aliados en momentos de información,
de formación y/o de distracción.
Entrevistada por Diana Nivia
Garnica.
Profesora de Educación Especial en Deficiencias Auditivas
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