Por varios años en mis clases le he contado a mis estudiantes cómo fue mi contacto con la lectura, es una forma de que ellos también compartan sus experiencias, unas similares, otras diferentes, pero todas muy interesantes.
En
este momento y por primera vez he decidido narrar de forma escrita, muy
brevemente… Desde muy pequeña nos leían cuentos a mi hermana y a mí antes de
dormir, recuerdo un libro en específico que tenía varios cuentos de los
Hermanos Grimm, era de tapa dura encuadernado en tela, rojo un poco roto de
tanto que se usaba. Antes de entrar a la escuela ya sabía leer, y tuve mi
primer encuentro con el libro “Mi Angelito” que todos conocemos porque es el
que se usa hasta la actualidad. Toda mi primaria fui lectora, me gustaban mucho
los comics porque eran cortos y tenían muchas ilustraciones.
En
Bachillerato las cosas cambiaron puesto que me tocó enfrentarme a la lectura
obligada, con las que muchos no nos sentíamos identificados porque simplemente
no es de interés en esos momentos de la vida de un adolescente, como los son
las novelas históricas o con temas tediosos. En la universidad comenzó a
cambiar un poco el panorama y comencé un nuevo acercamiento con la lectura,
pero fue en los estudios de Maestría donde me reencontré realmente con ella.
Disfrutar cada letra, cada libro y vivir una experiencia diferente con cada
uno, en ese momento comenzó mi pasión por la literatura infantil la que
comparto también con varias de mis amigas y mi hermana lo que lo hace aún más
gratificante.
Mi
intención con este corto relato sobre mi relación con la lectura es que nos
demos cuenta de que todos hemos tenido diferentes contactos, momentos y distintas
experiencias con la misma, nuestros niños de ahora también tienen derecho de vivir
su proceso lector a su manera, por eso les dejo aquí algunas recomendaciones
que pueden tomar en cuenta para esos inicios lectores:
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Desde que los niños se encuentran
en el vientre materno se les pueden leer cuentos cortos, así como con la
música, ellos escuchan y comienzan a crear un vínculo con cada uno de los
cuentos leídos.
-
Todas las noches antes de dormir
leerles o narrar historias inventadas, los comienzos literarios vienen de la
tradición oral, así que todo es válido.
-
Generalmente van a sentir fijación
con algún cuento, paciencia, que no dura para siempre, podemos darles otras
opciones pero si quieren el mismo es por alguna razón así que hay que respetar
su selección.
-
Ir con los pequeños a las librerías
para que ellos mismos escojan los textos de su preferencia, obviamente ellos
van a ir directo a las imágenes, el adulto puede hacer una lectura rápida para
verificar el contenido de la historia.
-
Cuando entren a la escuela, su contacto empezará a ser distinto
porque muchas veces la lectura suele convertirse en algo didáctico, debemos
procurar que haya un equilibrio entre lo didáctico y lo estético puesto que en
ocasiones el primero supera al segundo.
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A medida que avancen en los niveles
comenzarán con las lecturas obligatorias, si son enviadas a casa podemos
acompañarlas luego por otras recreativas que sean de su agrado.
-
Para lograr que sea recreativa
debemos evitar hacerles preguntas para comprobar si comprendieron, el niño por
sí solo y si así lo desea comentará lo leído.
-
En ningún momento debemos
obligarlos a leer porque generaremos rechazo y mucho menos en voz alta porque
es una situación que representa mucho temor, si no, recordemos en nuestra
infancia cuando nos ponían a leer de pie delante de todo un salón.
Dejemos que nuestros niños construyan su camino
lector, así como respetamos su proceso de crecimiento y su ritmo de
aprendizaje, debemos permitirles que sean ellos quienes selecciones los textos,
los momentos y los espacios en los que desean leer.
Cada libro abierto es un nuevo mundo de experiencias.
Angélica Taboada
Profesora Universitaria
Profesora en Educación Especial - Dificultades de Aprendizaje
Magister en Lectura y Escritura
Promotora de lectura
Madrina de Samuel y Abraham
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